Los padres, en general, no somos psicólogos ni profesionales de la educación. Tal como se plantea el tema de la comunicación parece que tuviésemos que estudiar un tratado para llevarlo a cabo, pero resulta que también tenemos que trabajar todos los días, muchas veces sin saber hasta que hora, para poder darles de comer, e intentar buscar un camino hacia el futuro que no se deja vislumbrar fácilmente, que exige un gran esfuerzo, y que cuando terminamos la jornada, sólo deseamos un momento de quietud. Pues todo esto también es comunicación. La comunicación implica aunar esfuerzos en la misma dirección por parte de padres e hijos y no necesariamente diálogos de besugos sacados de manuales, que cuando terminan están en el mismo punto que al principio, como máximo. Trabajando responsablemente en todos los ámbitos que conforman la vida diaria, es el mejor mensaje que podemos transmitir y ellos entender.
Los padres, en general, no somos psicólogos ni profesionales de la educación. Tal como se plantea el tema de la comunicación parece que tuviésemos que estudiar un tratado para llevarlo a cabo, pero resulta que también tenemos que trabajar todos los días, muchas veces sin saber hasta que hora, para poder darles de comer, e intentar buscar un camino hacia el futuro que no se deja vislumbrar fácilmente, que exige un gran esfuerzo, y que cuando terminamos la jornada, sólo deseamos un momento de quietud. Pues todo esto también es comunicación. La comunicación implica aunar esfuerzos en la misma dirección por parte de padres e hijos y no necesariamente diálogos de besugos sacados de manuales, que cuando terminan están en el mismo punto que al principio, como máximo. Trabajando responsablemente en todos los ámbitos que conforman la vida diaria, es el mejor mensaje que podemos transmitir y ellos entender.
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